CARTA DE AGRADECIMIENTO DE LA MAESTRA EMILIANA DE ZUBELDIA ENVIADA AL PERIÓDICO EL IMPARCIAL.
Hermosillo, Sonora, viernes 8 de agosto de 1986.
“A la ciudadanía sonorense”
P r e s e n t e:
Quien gracias posee, gracias puede dar, y no encuentro palabras bastante expresivas para estampar en la presente mis ideas.
Han sido tantas y tan finas las manifestaciones escritas y publicadas en los periódicos por las grandes personalidades de estas tierras…; sólo un pensamiento voy a expresar, que si yo entregué mi trabajo con suficiente tesón para formar generaciones cultas en música, es debido a mi afán por servir algo a la humanidad, pues no hay nada tan hermoso que abrir los ojos del espíritu a la gente que tiene uso de razón perfecta, y por lo tanto, no hay ningún mérito en lo que he hecho por satisfacer mis ansias de mejoramiento en la enseñanza de ideas de carácter universal, trabajo al que me entregué con todas mis fuerzas.
Sabido es que el talento para las artes plásticas es propio del sonorense, el maestro no tiene más que observarlo y hacer un plan de acuerdo con sus posibilidades y las del alumno con segura serenidad, y eso nunca fracasará, pues acá en esta tierra bendita por Dios, existe desde siglos atrás el espíritu refinado de las altas artes.
Somos muchos los que pensamos que un alma abierta al sentimiento aunado a la razón es base sólida para formar ciudadanos de provecho.
Leyendo las firmas de los que escribieron aquellas palabras tan hermosas recuerdo a algunos de ellos delante del pupitre pidiéndome que volviera a poner en el tocadiscos algunas de las obras que habían oído en la clase de Historia de la Música.
En una de las primeras generaciones había dos hermanos cuyo padre tenía el sitio de taxis “Bona” de apellido vasco aunque de momento no recuerdo exactamente cuál, ambos muy aplicados, y al terminar sus estudios de enseñanza Secundaria su padre
quiso hacerles un regalo, y al preguntarles qué querían, ellos respondieron: la música grabada que oíamos en la clase de Historia de la Música. Fue un gran triunfo.
Después y muy pronto la alta escuela pianística que ya es muy famosa por el talento de los sonorenses tuvo un gran éxito al ejecutar una de las alumnas el concierto para piano y orquesta de Haydn en Phoenix, Arizona, con la gran Orquesta Sinfónica de esa localidad contando esta joven artista con solamente doce años de edad: todo esto fue un regalo de alas tan poderosas como las de las águilas bajo el punto de vista espiritual.
Todo lo que yo he hecho es cumplir con mi deber y mi vocación, y por ello, como ya dije, no tiene ningún mérito; mérito tuviera cuando no queriendo hacer las cosas las hiciera.
Para mí la mayor satisfacción es escuchar las palabras que siempre he dicho, que Sonora siga siempre para arriba luciendo fuertemente como una radiante estrella en el firmamento.
No puedo dar las gracias porque no las tengo, pero Sonora es para mí como un paraíso de grandes bellezas naturales y de estupendos habitantes que las cuidan.
Siempre a sus órdenes humildemente estrecha sus manos con el cariño de siempre.
Emiliana de Zubeldía
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